Un mundo de mentiras # Capitulo 3

La verdad de la mentira...

Pude escuchar un ruido extraño, parecía un motor de un coche, y cuando abrí mis ojos pude ver que estaba estirada en el asiento de atrás y mi madre iba conduciendo.
- ¿A dónde vamos mamá? - Pregunté confusa mientras le miraba
- Vamos al hospital - dijo de manera fría.
Me dolía la cabeza, mi mano traía un pañuelo alrededor, ¿había yo desmayado?
- Pero... ¿por qué? - le pregunté mientras intentaba recordar que había pasado.
Pero no obtuve respuesta, solo pude escuchar su silencio, cuando lo hacía era porque estaba cabreada. Cuando llegamos mi mamá me abrió la puerta del coche y me ayudó a salir, pero seguía en silencio y eso se volvía un poco perturbador, odiaba cuando lo hacía.
- Joder mamá, dime algo, chíllame, échame la bronca, haz lo que tengas de hacer, pero no te quedes así conmigo... - le pedí
Pero siguió sin hablar y yo sinceramente no sabía lo que podía hacer, ni siquiera sabía porque estaba cabreada, bueno en realidad lo sabía, pero deseaba que no fuera lo que estaba pensando. Cuando entramos a dentro del hospital, seguimos en dirección a una sala sin esperar, ya me deberían estar esperando, y cuando entramos a dentro había una chica de unos 30 años, mi madre la saludó, ya se deberían conocer, mi mamá trabajaba en un centro de ancianos.
- Bueno Amy... - me sonrió - te voy a hacer unas preguntitas, pero necesito que seas sincera conmigo ¿de acuerdo?
- Yo pensé que usted solo me iba a hacer el curativo... - dije un poco confusa y desconfiada.
- Amy... Haz lo que la doctora Jane te pide - pidió mi madre mientras miraba a la doctora Jane.
- de acuerdo - le contesté
- muy bien Amy... ¿hace un mes cuanto pesabas más o menos?
Esa pregunta no me gustó nada, yo no sabía lo que ella quería, pero cosa buena no era segura.
- 50 kilos - le contesté mientras le miraba con mala cara
- ¿Y ahora? - preguntó
- ¡lo mismo! - le espeté
- ¿provocas los vómitos? - preguntó ella, lo que más me asustaba de estas personas (doctores, enfermeros etc...) era que siempre nos miraban igual, nunca cambiaban de expresión, lo más seguro es que era para que nos sintiéramos confinantes y que no tuviéramos miedo, pero de verdad que aquella conversación no me estaba agradando nada.
Cuando escuché aquella pregunta enseguida miré mi mamá, ella asintió como si me estuviese pidiendo que dijera la verdad, entonces volví a mirar a la doctora Jane.
- No.
- ¿Nunca? - volvió a insistir.
- Nunca - contesté molesta - ¿A que viene tanta pregunta?
- Cálmate Amy - me pidió mi mamá
-¿Te sientes gorda? -continuó preguntando la doctora Jane
-Soy gorda - dije molesta
La doctora hizo silencio, me miró a mí y luego a mi mamá, quizás no debí contestar eso porque ahora no me iban a dejar en paz.
-¿Te llaman gorda? -me miró de manera extraña.
-A veces...
Volvió a mirar a mi mamá y luego se puso de pié.
-Bien... vamos a pesarte -me dijo mientras esperaba a que me pusiera de pié
-No no no... no es buena idea, no quiero verlo... -le expliqué
-Nena, necesito que lo hagas, no cuesta nada y si quieres ni siquiera te digo lo que marca -me dedicó una pequeña sonrisa dulce, ella parecía ser buena persona, si la hubiese conocido en otro momento hubiese tenido una buena amistad con ella, pero ahora... no me gustaba la presión que me estaba haciendo.
Me puse de pié contra mi voluntad y me puse encima de la balanza, era una de esas antiguas, en que se tenían de mover piececitas para poder ver el peso real, miré a la doctora y no sé porqué, pero aquello no me traía muy buena espina.
-Ya puedes sentarte -me dijo la doctora mientras hacía lo mismo.
Yo me senté y me quedé mirándola mientras que ella escribía algo en su ordenador.
- Amy... pesas 42 kilos -me dijo mirándome fijamente y con mal aspecto.
-¿Cómo? -eché a reírme-. ¿Acaso cree que me voy a tragar esa mentira? -le miré con cara de cabreo-. Sé lo que pretenden -me puse de pié-, pero yo voy a ser modelo pase lo que pase y ¡no voy a dejar que me pongáis como una foca! -fui en dirección de la salida.
- Amy te estas poniendo enferma, te estas quedando sin fuerzas para...
- ¡Cállese! - le ordené
- ¡Amy por favor! -dijo mi mamá mientras también se ponía de pié
Yo abrí la puerta, luego les volví a mirar con asco, muchísimo asco por que no aceptaba lo que me estaban haciendo.
-Amy si sigues así no serás modelo, serás un cadáver -me dijo la doctora. En ese momento yo cerré la puerta furiosa y fui corriendo hacia el coche de mi mamá, me senté en el suelo y llevé mis manos a los oídos y negué todo lo que había escuchado allí dentro, ¿porqué me hacían esto? ¿Porqué querían arruinar mi vida?...

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