*Entre Sombras y Sentimientos # Capitulo 2

Lazos de amistad
Actualidad

Es increíble cómo pasa el tiempo. Ya habían pasado dos semanas desde que William me trajo a Monterey y para mí todo seguía tan igual que cuando llegamos. Mi apetito era el mínimo, y aunque nosotros no necesitásemos comer tanto como los humanos, dos días sin comer nada te convierten en una figura pálida como una estatua, y al igual que mi apetito, mis ganas de moverme del cómodo sofá de cuero de William eran más que mínimas.
-Oye… ¿en serio vas a quedarte ahí el resto del año? Hace un día precioso –se quejó William desde la cocina-. Por no mencionar que ni tocaste la comida. Sabes que esto no puede seguir así –dijo recostándose contra el marco de la puerta que separaba la cocina del salón.
-Lo sé –dije mientras me sentaba para dejarle un hueco-. Es solo que no tengo ganas de hacer nada. Sólo quiero olvidar, olvidarlo todo.
-Una vez –dijo William sentándose a mi lado y mirándome fijamente-, alguien me dijo que siempre es bueno recordar.
Le dediqué una sonrisa triste y recosté mi cabeza en el respaldo del sofá.
-Hace como dos milenios que te dije eso. ¿Cómo puedes recordarlo aun? –pregunté cerrando los ojos.
-Hay ciertas cosas que es imposible olvidar –fue todo lo que me contestó.
-Oye William –dije abriendo los ojos y mirándolo-, yo… puede que esto te suene muy cursi de mi parte, pero quiero darte las gracias por estar siempre ahí.
-¿Estas de coña? –preguntó serio-. ¿Cursi? Eso me suena mucho a humano o ángel. Creo que al enamorarte se te afectó el cerebro o algo –dijo en tono de burla.
-No seas tonto –dije negando con la cabeza y dándole un pequeño puñetazo en el hombro-. Sigo siendo yo, me siguen gustando las mismas cosas. Lo que ha cambiado para mí ha sido el mundo, ahora lo veo todo de una manera distinta, pero tu ya sabes eso –le dediqué una pequeña sonrisa.
-Pues… la verdad es que no lo sé –dijo William frunciendo el ceño-. Lo único que me dijiste cuando me presentaste a Mathias fue que era tu novio y que tenías que marcharte de inmediato de América. ¡Te fuiste a Europa sin más! No sé cómo lo ves todo ahora. Después volviste a aparecer, bueno, apareció Sergio, y me pedías ayuda. Después vino la batalla y yo sin enterarme de la mitad de lo que pasaba…
-Sé que te debo una explicación… -le interrumpí-, per…
-No te estoy pidiendo una explicación –me cortó él-. Ni mucho menos. Lo que hiciste por mí no es ni la mitad de lo que yo he hecho hasta ahora por ti, y… no sé, es raro, y hay algo que no comprendo en medio de todo esto…
-¿Qué es…?
-Es una tontería, pero me pregunto una y otra vez cómo pudiste enamorarte de un ángel. No te enfades –se apresuró a decir-, es solo que… te conozco demasiado, sabes cómo eres, tu carácter, ya sabes… siempre pensé que te enamorarías, incluso hubo un tiempo en el que esperaba que lo hicieras de mi…
-Sí, lo recuerdo… –dije con una sonrisilla-, fue…
-…embarazoso, lo sé, pero volviendo al tema, tu odiabas a los ángeles más que nadie, como… ¿cómo sucedió?
-¿De verdad quieres saberlo? –pregunté con curiosidad-. Es una historia bastante aburrida de hecho.
-Si la cuentas tú dudo que sea aburrida –dijo William acomodándose a mi lado.
La verdad es que no estaba muy segura de si contarle todo o no. Eso solo le metería en más problemas, pero quería contárselo a alguien, necesitaba hacerlo ahora que Mathias ya no estaba conmigo.
-Bueno, es entretenida…
-¡Claro que lo es! –dijo emocionado-. Salgo yo ¿recuerdas? Cualquier relato donde salga mi nombre es entretenido.
-Eres un creído –dije apoyando mi cabeza contra su hombro y sonriendo-. Pero juegas un gran papel en mi vida y lo sabes, gracias por todo.
William se revolvió en el sofá haciendo que me apartase de él y le mirase.
-No vuelvas a hacerlo –dijo en tono amenazador pero burlón al mismo tiempo.
-¿El qué? –pregunté.
-Darme las gracias –dijo-. Eso es muy angélico, y humano, ya te lo he dicho... Recuerdo que antes, cuando solías dar las gracias, tenías algún malvado plan en mente… y sabes cómo temo tus planes.
-William… -dije en una carcajada-. No seas tonto. No planeo nada. Si lo estuviese haciendo ya lo sabrías.
-Ya, claro –dijo volviendo a acomodarse a mi lado-. Bueno, ¿me contarás vuestra increíble historia de amor o no?
Recosté de nuevo mi cabeza contra su hombro y empecé a contarle la larga historia que llevaba dos semanas intentando olvidar.
-Hacía como una semana que llevaba siguiendo a un humano. No estoy muy segura de porque lo hacía, había algo en aquél muchacho que me llamaba la atención. Recuerdo que lo que me hizo fijarme en él fue la manera en como le decía a su novia que quería cortar. Es algo estúpido, lo sé, pero la manera en como le decía con todas las letras que no la quería ver más fue impresionante. –solté una pequeña sonrisa-. Sabes que soy posesiva, en cuanto vi su determinación pensé que quería tenerlo. Al menos una vez, me daba igual, yo tendría que tenerlo. Así fue como me pasé una semana entera siguiéndole. Se llamaba Ethan Smith y era muy independiente. No le daba explicaciones a nadie, un buen parido. El día en que le conocí personalmente se mostró muy amable, un completo Don Juan con las mujeres, aunque su encanto conmigo no era necesario. Nos pasmos más de mitad de la noche en la discoteca, y cuando le dije que me iba se ofreció para acompañarme a casa...

Comentarios

  1. hola angie, me gusta tu forma de escribir.
    te invito a mis blogs, uno de poemas y otro de una historia sobre un drama juvenil. te espero.

    me dices si nos seguimos ;)

    saludos y cuidate :D

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