#El silencio de las llamas...
-¿Puedo
tocarte?
Eran las
primeras palabras que Andie pronunciaba desde que habían dejado de discutir. Ot
permanecía de estirado de espalda a ella, y Andie tenía miedo de que el chico
no le contestase.
-¿Porque lo
quieres hacer?
-Porque no
aguanto más esto... -Andie tragó saliva y advirtió que los músculos de la
espalda del chico se tensaban-, ¿puedo?
En apenas
un pestañeo Ot se incorporó quedándose sentado, aun dándole la espalda a Andie,
y se restregó el rostro.
-Eso nos
destruiría.
-Estoy
dispuesta a morir si tú lo estás también... por favor -pidió ella.
Ot se
congeló donde estaba, Andie apenas pedía por favor, ella siempre se había
mostrado una chica fuerte y poderosa, y que le pronunciase ésas palabras a él
hacía que el autocontrol que había tenido consigo mismo hasta ahora se
desmoronase. Dándose la vuelta Ot miró a Andie.
-Te perderé...
-dijo a media voz.
-No...
-susurró la chica mientras se acercaba gateando-, no me perderás, estaremos
juntos Ot, te anhelo, mucho.
Andie alzó
una mano sobre su cabeza y observó con una media sonrisa que él hacía lo mismo,
colocando su mano a la misma altura que la suya.
-Tengo
miedo... -admitió Ot alzando la mirada hacía sus manos apenas separadas por
unos milímetros.
-No lo
tengas -le pidió ella-, no te abandonaré, pase lo que pase sé que más allá de
esto hay algo más, tiene que haberlo -Andie intentó sonreír, pero su sonrisa
fue reemplazada por una lagrima que resbaló por su mejilla- después de todo lo
que sacrificamos, nos lo deben, por favor Ot... ya no lo aguanto más...
Sus miradas
se encontraron.
-Prométeme
que estarás aquí después... -pidió él mientras cerraba los ojos y dos lagrimas
abandonaban la comisura de sus ojos mientras sus dedos se entrelazaban con los
de ella para siempre.
-Sólo si tu
lo estas también -dijo Andie antes de capturar con su mano libre una de las
lagrimas que bajaban por las mejillas del chico.
No fueron
necesarias más palabras, en el momento en que se tocaron, todo a su alrededor
empezó a crepitar, hasta que el fuego cobró vida y poco a poco fue rodeándolos.
Ahora que había dado el primer paso, Ot no pensaba volver atrás. Se acercó más
a Andie y la besó con todo el desespero que había estado creciendo dentro de
él. Andie podía sentir como las llamas iban en aumento, pero no le importó, en
eso momento solo le importaba Ot y ella, y aunque ella estaba segura de que su
vida acabaría aquí y ahora, no le importaba, el mero hecho de poder volver a
tocar a Ot la hacía feliz.
De repente,
Andie sintió un cosquilleó en la punta de sus pies, y separando su boca de la
del chico advirtió que el fuego la había alcanzado, el fuego los había
alcanzado a ambos, pero Andie ya no estaba en el suelo, sino que su cuerpo
estaba entre los brazos de Ot y ambos flotaban. Alzando la mirada hacía el chico
se encontró con sus ojos negros como la noche, y antes de poder pronunciar una
palabra siquiera, él la besó y ambos fueron envueltos por una ola roja
anaranjada que los consumió.
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